viernes, 7 de octubre de 2016

Quizá despierte algún día...

Quiero ser el capuchino que roce tus labios cada viernes por la tarde.
Ojalá pudiera parar el tiempo en ese instante.
Reabriría debates mentales que ya dejé hace tiempo en meras cavilaciones.
Me aterra la idea de que haya trenes que sólo pasen una vez en la vida.
Y de un terror a otro voy dejando atrás paradas.
Quizá despierte algún día y descubra que jamás encontraré tus labios en el café de media tarde.
Y que no soy más que un ave de paso, buscando fundirse en la piel de un extraño.
Pero mientras vuelvo en mi................
Seguiré buscando el sabor de algo que me recuerde a ti.
Un cigarro o una buena copa de algo, da igual qué.
Lo único que busco es algo que se consuma, o tal vez que me consuma.
Como tu has hecho conmigo.
Necesito volver a sentirlo o a sentirte.
Revivir la sensación de que estarás ahí para siempre o al menos hasta que el amor se acabe.
Yo, que soy de creer en el destino, estoy aquí, aferrándome a él.
Suplicándole que una nuestros caminos de nuevo.
Me gustaría creer que todo ha sido un sueño y que nunca he sentido nada por nadie.
Sin embargo, lo he hecho, dejando la verdad absoluta para aquello de "nunca digas nunca".
Dichoso corazón, se suponía que no volverías a sentir.
Era lo acordado, yo intentaba sacarnos de esta y tu te abstenías de sentir.
Me la has jugado con un amor imposible y eso querido mío, duele demasiado.


1 comentario:

  1. Excelente, Alexia. Me alegro de haber descubierto tu talento literario. Espero seguir disfrutándolo cada semana.
    (Te recomiendo cambiar el color de la letra, cuesta mucho leerla)

    ResponderEliminar